Relato: Naufragios: Crucero de Empresa





Relato: Naufragios: Crucero de Empresa

Los relatos que publicamos bajo el t�tulo gen�rico de
NAUFRAGIOS, son fruto de un ejercicio de creaci�n literaria en el que se han
embarcado varios de los habituales autores de . El ejercicio consiste
en crear un relato que contenga los elementos "compa�eros de empresa mal
avenidos", "viaje en barco organizado por la empresa", "naufragio" y "isla
desierta". En esta primera entrega podr�is, adem�s de disfrutar de la lectura,
demostrar vuestra capacidad de reconocer a los autores que se esconden detr�s de
cada una de las obras. Para hacerlo m�s f�cil, os diremos que en esta aventura
se han embarcado: Carletto, Horny, ElEscribidor, AlienaDelValle, Navegante,
Escorpiona, Kenwood, Lydia, Erotika
y Trazada30.







NAUFRAGIOS: CRUCERO DE EMPRESA.





LUNES



Suena mi tel�fono y de reojo veo en el display que se trata
de la extensi�n 11, la del jefazo: Rafael.



Me pongo nerviosa, como siempre, porque su llamada directa
implica "algo gordo". Revuelvo entre los papeles buscando la �ltima estad�stica
de ventas para estar preparada. Descuelgo:






Soy Rafael, �est�s ocupada?





No, no, d�game.





P�sate por mi despacho.





�Ahora?





S�, �ya!






Rafael, tiene muchas formas de decir las cosas, pero cuando
da una orden es� �estricto? �categ�rico? �fulminante?.



Me pongo de pie, abro el bolso y saco el peque�o espejo que
siempre llevo para darme los �ltimos retoques. Me paso la mano por los labios,
los tengo algo secos pero aun mantengo el color, la raya de los ojos est� bien,
no muy exagerada. Me atuso el pelo, pienso que este nuevo peinado corto y
desenfadado, me queda bastante bien. Me estiro un poco la minifalda antes de
salir de mi despacho, mi compa�ero, Fernando me echa un buen repaso a las
piernas, con mucho descaro, ya estoy acostumbrada y no se lo reprocho, parece
que me mira con cari�o y admiraci�n, una no se puede enfadar nunca por eso. Le
sonr�o. Me sonr�e y me gui�a un ojo� nunca ha pasado nada m�s entre nosotros (de
momento). Me abotono bien mi blusa, pues me est� algo ajustada, ten�a que haber
comprado una talla m�s. Cojo mi m�vil, siempre le llevo encima, creo que es lo
primero que salvar�a de un incendio: mi tel�fono m�vil� �qu� har�a sin �l?



Avanzo por el pasillo con el paso firme y decidido y no dejo
de pensar: "las ventas esta semana han ido bien�", "�Qu� querr� el jefe?"�mil
preguntas me torturan en la cabeza pensando, solo me llama para casos de los que
yo llamo "de vida o muerte". Llego hasta el hall delante de su despacho, Marisa,
su secretaria me sonr�e.






Hola guapa, pasa, Rafael te est� esperando�






Aun me pongo m�s nerviosa� "�por qu� me est� esperando?"�
"�qu� diablos pasa?".



Llamo a la puerta y oigo el grito en�rgico de siempre�






Pasa, pasa�






El despacho de Rafael, es grand�simo y con tanta luz y tanto
espacio impone mucho m�s, no es acogedor, es m�s bien fr�o, quiz�s la
decoraci�n� Veo al fondo a Rafael, mirando por la enorme cristalera hacia la
calle, con sus manos gordezuelas a la espalda y en una de las tres sillas que
tiene frente a su mesa, veo a Paco, uno de mis compa�eros m�s "trepa" y
antisolidario que conozco, es un tipo extra�o, a mi me resulta odioso, la
verdad, �l tampoco debe tener muy buena impresi�n m�a, si no es para mirarme con
cara de cerdo. La verdad es que entre �l y yo hay algo m�s que rivalidad, nos
llevamos muy mal. Tiene cuarenta y pocos, muy elegante, eso s�, siempre me lo ha
parecido, pero muy estirado y un prepotente� no es muy atractivo que digamos,
pero es su car�cter y su porte de "chulo engominado" el que lo afea m�s, no
parece tener mal cuerpo y en otras circunstancias seguramente no tendr�a una
opini�n tan negativa de �l. Sin embargo, mal que me pese, es uno de los mejores
comerciales de mi secci�n de ventas, por no decir de la toda la empresa, me
sonr�e bajo un recortado bigote, me mira de arriba a abajo como diciendo�
"pobrecita pija� la que le va a caer�"



En la otra silla est� Mila, otra compa�era m�a y aunque
trabaja en otro equipo comercial distinto al m�o, nos llevamos bastante bien, y
trabajamos en la empresa desde el mismo d�a. Mila es mayor que yo, aunque nunca
le he preguntado la edad, no ha llegado a los treinta y cinco, es guapa, morena,
de piel oscura, casi mulata, aunque es espa�ola, parece colombiana o venezolana,
una belleza de esas de telenovela. Es adem�s muy simp�tica y con un cuerpo muy
bonito. Nos saludamos con un leve alzamiento de cejas y se�alando a Rafael que
contin�a de espaldas mirando por la ventana. Mila se encoge de hombros. La
tercera silla es sin duda para m�, sin embargo no me siento, soy precavida ante
los acontecimientos y permanezco de pie. Paco aprovecha para mirar de reojo mis
piernas. Me hago la distra�da, pero le veo por el rabillo del ojo y s� que no me
quita ojo. �Por qu� negarlo? Me gusta que me mire las piernas� as� pienso: "Las
ver�s pero no las catar�s�"



Rafael contin�a de espaldas. Es un hombre corpulento, en su
�poca debi� ser un gran "musculitos", ahora, de espaldas se le nota todav�a ese
aspecto, sin embargo cuando se da la vuelta su enorme barrigota deja en
evidencia la falta de ejercicio y las buenas comilonas�



Rafael se atusa la el pelo intentando in�tilmente tapar su
calva, un gesto muy t�pico de �l.






Si�ntate bonita. � Me ordena.





Rafael siempre me ha tratado como a una ni�a, puedo decir que
tambi�n estoy acostumbrada, pero le considero un jefe algo distante y muy a la
antigua, a pesar de no pasar de los cincuenta, algo cascarrabias y un machista
incorregible� pero �cu�ntos jefes no son as�? Me echa un vistazo por toda mi
anatom�a, como acostumbra a hacer cuando me llama a su despacho. Lo hace siempre
detenidamente, con mucha parsimonia. No s� muy bien si me est� admirando o si al
contrario esta reprobando mi vestimenta o me saca los defectos con aire
despreciativo. Reconozco que a diferencia de las miradas de otros compa�eros, la
de Rafael me incomoda bastante, me siento casi desnuda ante sus ojos salientes.
Una mirada lasciva a mi canalillo y a mi ajustada blusa, luego una mirada a mi
cara y luego bajando lentamente y escudri�ando con lentitud mis piernas hasta
llegar al suelo. Siempre hemos comentado entre compa�eras como debe ser este
tipo en la cama� todo un cerdo, tiene cara de vicioso incorregible� aunque esto
es solo una suposici�n.



Me siento en la silla, junto las piernas, no las cruzo,
porque mi falda podr�a dejar al descubierto algo m�s de lo debido. A pesar de
que a m�s de uno alegrar�a la vista, guardo, muy buenecita, las apariencias. Veo
por el rabillo del ojo que Paco tambi�n me sigue observando, este si que no
disimula en su cara como me devora con la mirada, tambi�n debe ser un "p�jaro de
cuidado". Estoy casi convencida que si alg�n d�a nos quedamos atrapados en el
ascensor, me viola� menuda cara de salido que tiene.



Rafael se vuelve de espaldas nuevamente y empieza su charla
siempre con ese aspecto de despreocupaci�n y las manos atr�s, con la mirada en
la calle en un punto indefinido.






Bueno, os preguntareis por qu� os he llamado as�, sin
reuni�n previa ni nada parecido, pues no deb�is alarmaros, todo lo
contrario, es algo positivo para vosotros y espero que para la empresa� es
decir, para todos�






Los tres nos miramos y como queriendo entender a qu� demonios
se refer�a. Se hace una pausa y despu�s Rafael contin�a:






Estoy decidido a que uno de vosotros sea el jefe de un
nuevo grupo de ventas� quiero hacer algunos cambios� necesitamos sangre
nueva en algunos departamentos y con ideas renovadas� ya me entend�is �no?






Rafael siempre deja una coletilla en sus disertaciones,
parece que nos pregunta, pero yo creo que se la hace a s� mismo para reafirmarse
lo que est� diciendo, luego hace una nueva pausa, sabe de sobra que nos tiene
intrigados y disfruta con ello.



Nos miramos todos. En esas miradas hay mezcladas varias
sensaciones, duda, extra�eza, rivalidad latente� al fin y al cabo las comisiones
de ventas son nuestra eterna lucha.



Se vuelve hacia nosotros y se r�e de oreja a oreja, se ve que
disfruta con nuestras caras de sorpresa.






No, tranquilos� aun no lo he decidido, simplemente os he
seleccionado a vosotros tres porque creo que encaj�is perfectamente en el
perfil que estoy buscando: Alguien con mucha experiencia, con car�cter,
joven, din�mico a la vez y que sepa manejarse con la gente, pero me va ser
dif�cil escogeros a uno, los tres sois buenos y quiero sencillamente que sea
el mejor �S�?






Volvemos a mirarnos algo m�s sonrientes pero igual de
sorprendidos. Rafael contin�a su charla de espaldas a nosotros y solo se vuelve
a mirarnos de vez en cuando:






Me gustar�a que os veng�is una semana conmigo de crucero
en mi yate, ya sab�is, el que tengo atracado en una isla del pac�fico,
pasamos all� unos d�as, compartimos experiencias, charlas, comidas y buenos
ba�os y as� nos vamos conociendo un poco mejor� pero claro esto no es una
competici�n, no cre�is que busco m�ritos, sencillamente conocernos todos
mejor� �Qu� os parece?






Los tres afirmamos al un�sono un "bien" aunque nada relajado.
Todos sabemos que aquello es una trampa y una encerrona, conocemos de sobra a
Rafael y por mucho que diga que no es una competici�n, acaba de darnos el
banderazo de salida. Volvemos a mirarnos los tres como buscando en nuestros ojos
lo que pensamos, lo que queremos ver en esa est�pida propuesta.



Rafael sigue con su charla y sus manos a la espalda. Sigue
cont�ndonos las grandes ventajas de su plan.



Yo me sonrojo pensando que lo tengo muy dif�cil, primero
porque Paco es sin duda el ojito derecho de Rafael adem�s de ser un pelota
redomado y Mila est� m�s en contacto con Rafael por estar cerca de su despacho,
encima yo tengo otro problema y es que mis cuentas de resultados no han ido muy
bien en el �ltimo trimestre.



Intento ser simp�tica con don Rafael para ir ganando puntos
pero desgraciadamente le interrumpo en sus pensamientos, algo que me hace saber
con su mirada dura y recorriendo con sus ojos mi cuerpo de arriba abajo.






�Cu�ndo ten�a previsto hacer el viaje?






Despu�s de "asesinarme" con su mirada, continua:






Antes de saber cuando, es que vosotros est�is de acuerdo
con esta idea. �Est�is dispuestos?






La propuesta nos pone contra la espada y la pared. No le
puedo contradecir, ahora no. Pero me gustar�a decirle a la cara que su idea no
es muy buena, m�s bien todo lo contrario, que puede provocar celos, envidias y
disputas entre nosotros y que no es la mejor manera de evaluarnos para ese
puesto de jefe.



Paco y Mila tampoco parecen tener intenci�n de contradecirle,
todos callamos por temor y con eso, inevitablemente, asentimos. Adem�s Rafael no
nos deja otra opci�n y nos entrega los billetes de avi�n para salir al d�a
siguiente. Lo tiene todo planeado desde hace tiempo, por eso es que es imposible
negarse.



Vuelvo a mi mesa, abro el caj�n y nerviosamente enciendo un
cigarrillo. Lo hab�a dejado la semana pasada, pero ahora tengo que fumar, lo
necesito. Me parece absurda la idea y vuelvo a mirar el billete de avi�n como si
realmente no fuera mi nombre el que estuviera inscrito en �l.



Estoy indecisa, tengo un malestar en el est�mago que no me
deja tranquila. Enciendo otro cigarrillo y abro en mi ordenador el correo
buscando alg�n e-mail que me evada de algo que indudablemente me tiene torturada
y que pienso va a ser mi ruina, pues no le veo soluci�n, estoy avocada al
fracaso m�s rotundo. No tengo nada que hacer contra dos pesos pesados como Paco
y Mila.




MARTES



Llego al aeropuerto con mi maleta y me encuentro en el
parking con Mila, algo que ambas aprovechamos para charlar sobre todo lo
sucedido:






Hola Mila, guapa� �preparada para el gran reto?



S� hija, si� vaya li� en que nos han metido �no? A mi
todo esto no me gusta nada, me parece una encerrona, la verdad�





�C�mo lo ves? �Crees que tienes alguna posibilidad? -
Le pregunto con curiosidad a mi compa�era.




Yo tengo claro que es Paco desde un principio el que ha
sido elegido por el jefe y esto del crucero creo que es una excusa m�s que
otra cosa �no te parece?





S�, en el fondo yo opino lo mismo. Pero entonces� �para
qu� tanta tonter�a de crucero y una elecci�n absurda?



Pues es una excusa simplemente, yo creo que estos quieren
camelarnos�
- insiste Mila.




�C�mo?



Lo que oyes, nos ponen a prueba, saben que haremos lo
posible por ganar puntos y a lo mejor piensan que estamos dispuestas a todo.





�T� crees que�? �Dispuestas a todo�? � le pregunto
incr�dula.




Lo que yo te diga, van a intentarlo todo, ya lo ver�s� Yo
creo que estos nos quieren "pasar por la piedra", ya me entiendes�





Bueno, eso habr� que verlo �no?






Re�mos.



Yo no doy cr�dito a las palabras de Mila, porque me parece
realmente incre�ble. No hace falta imaginar mucho para saber que tanto Paco como
mi jefazo nos miran a las dos con ojitos golosos, las dos estamos de buen ver y
estos son dos fieras indomables, pero no imagino que sean capaces de avanzar m�s
all� de lo que lo han hecho hasta ahora y casi me parece m�s incre�ble que
hubieran organizado el famoso crucero con la intenci�n de intentar echarnos un
polvo.



Al final Mila y yo llegamos al acuerdo de no entrar en ese
juego que parece avecinarse y del que nosotras dos, como mujeres aliadas, nos
defender�amos mutuamente ante cualquier tipo de ataque, este viaje tendr� que
ser �nica y exclusivamente un viaje para conocernos mejor y no hasta ese
extremo. Nos tomaremos el crucero como eso� un crucero y nada m�s, si ellos
quieren competir, que lo hagan, nosotras �a disfrutar!



Hemos llegado las dos hasta la terminal del aeropuerto donde
nos est�n esperando Rafael y Paco y ambos nos observan detenidamente y yo dir�a
que m�s de lo normal o al menos eso me parece despu�s de la conversaci�n que
acabo de tener con Mila�



Durante el vuelo los dos hombres nos agasajan con todo tipo
de detalles y caballerosidades, salidas de la rutina de la oficina, nunca les he
visto tan complacientes y atentos, ni comportarse de esa manera, por lo que las
sospechas de Mila van teniendo m�s que fundamento. Los dos cerdos parecen
tenerlo todo preparado con antelaci�n. Pero si creen que nosotras somos tontas y
que nos van a follar as�, por la cara, vamos� lo llevan clarito.




MIERCOLES



Tras un largo viaje en avi�n hemos llegado por fin al id�lico
lugar donde se encuentra el yate, que por cierto es larg�simo (me refiero al
yate). Nunca hubiera imaginado que Rafael fuera capaz de manejar ese barco tan
grande, pero estaba confundida, lo maneja y muy bien, se nota que es un buen
navegante. El lugar es paradis�aco: un grupo de islas perdidas en el pac�fico,
algo as� como el lugar donde todo el mundo quiere perderse alguna vez. Hemos
salido del puerto por la ma�ana y hemos puesto rumbo hacia lo desconocido. All�
estamos, mi querido jefe Rafael en ba�ador con su oronda barriga; el chulito de
Paco, con otro ba�ador pero m�s peque�o, tipo slip; Mila, con su mini bikini de
muchos colores, aunque casi hay que avinarlos debido a lo diminuto que es, con
una braguita tanga que desaparece entre sus dos bien formadas nalgas, algo que
por cierto deja boquiabiertos a los hombres. Y yo, que me decid� por un bikini
blanco que es muy subido de muslo y que realza mis piernas y aunque no ten�a la
braguita de tanga como el de mi compa�era me hace el culito muy sexy.



Los dos hombres nos observan detenidamente y tanto Mila como
yo aprovechamos para lucir palmito y hacerles desear lo que ellos creen tener
ganado de antemano. Se van a enterar. Comienzo por darle crema protectora a Mila
por la espalda ante la atenta mirada de ellos aprovechando para deslizar mis
manos sobre la piel de mi compa�era de una manera muy sensual, algo que les
calienta, sin duda. Luego ella hace lo propio conmigo y debo reconocer el gusto
inmenso que comienza a invadirme con sus caricias, la verdad es que lo hace muy
bien�



Nos mantenemos as� durante todo el d�a, tomando el Sol en
cubierta, siendo "malitas", jugando a darnos bronceador mutuamente y mostrando
nuestros encantos de una manera sutil pero evidente, incluso a la hora de comer,
cuando hacemos nuestros cruces de piernas sentadas a la mesa para dejar
alucinados a nuestros compa�eros, cualquier movimiento, nuestros andares,
nuestras miradas o nuestros descuidos est�n cuidadosamente calculados�



El d�a es esplendoroso, caluroso y el mar est� en calma.
Durante todo el d�a tomamos el sol, comemos, bebemos, el puro placer de no hacer
nada� que delicia�



El barco sigue su rumbo, un rumbo no fijado pero que relaja
de una manera incre�ble� al final va a resultar que el crucero es mejor incluso
de lo esperado�



Me acuesto temprano, pues beber tanto siempre me da sue�o y
apenas ha anochecido cuando me meto en el camarote y dejo a los dem�s en
cubierta charlando.




JUEVES



De madrugada me despierto sobresaltada, un enorme ruido
acompa�ado de un vaiv�n del barco hacen que me caiga de la litera y todav�a a
oscuras recibo unas cuantas embestidas de lo que parece ser una tormenta
tropical. De un lado a otro e impulsada por un fuerte oleaje me veo incapaz de
ponerme en pie, apenas doy dos pasos y vuelvo a caer, ruidos por todas partes,
un fuerte viento que hace sonar las velas como si estuvieran pidiendo auxilio�



De pronto una mano, la mano de Paco me saca de aquella
hecatombe y me arrastra tras de s�, mientras vamos como borrachos de pared a
pared hasta lograr salir a la cubierta del barco. Todo est� oscuro pero se
adivina a ver como un fuerte oleaje nos tiene a su merced y el barco parece
zozobrar ante la tempestad, se hunde a cada ola que choca contra su fr�gil
casco. El m�stil principal est� partido y merced al viento, las velas son
arrastradas tras el barco como harapos�



A duras penas logramos saltar al agua Paco y yo donde nos
esperan en una lancha tipo "zodiac" Mila y Rafael y de la que no se pueden
soltar pues el oleaje es tan fuerte que tienen miedo a naufragar�



No s� muy bien que es todo aquello, puede ser un tif�n, una
tempestad fuera de lo normal, pero nunca he vivido una sensaci�n de p�nico de
semejante nivel y sobretodo curiosamente, ante tanto desconcierto hay un momento
en el que no llegas a temer por tu vida, ya que la muerte la ves segura, sino lo
que realmente temes es la forma en que vas a morir, si bien por la propia
tempestad, devorada por tiburones o ahogada en medio de un oc�ano negro y
profundo. La situaci�n es un aut�ntico caos.



Las manos me duelen y me arden de agarrarme a la cuerda que
bordea la lancha que no deja de ser zarandeada por las olas, por el viento, por
la lluvia, aquello es un infierno y no hablamos, no decimos nada, solo alg�n
grito, alg�n sobresalto�



A las 5 de la ma�ana, tan r�pido como lleg� la calma se va
haciendo con el amanecer, no s� cuanto tiempo hemos permanecido viviendo esa
angustia, pero a m� se me ha hecho realmente eterno. Le pregunto a Rafael, en
las primeras palabras que salen de mi boca tras una dur�sima noche.






�Qu� ha ocurrido Rafael?



Ha sido una tormenta, pero tan fuerte que no nos ha
dejado reaccionar.
� Contesta mi jefe.




�Y el barco? � Pregunto asustada.




El barco se ha hundido�






Permanecemos callados� asustados� Nuestro aspecto es
lamentable, estamos sucios, con alguna herida y sobretodo con cara de haber
pasado uno de los momentos m�s tr�gicos y duros de nuestra vida.



Por la ma�ana todo ha cambiado, el mar est� en calma, el Sol
brilla resplandeciente y avistamos una playa largu�sima justo delante de
nosotros, remamos hasta all� y nos bajamos de la lancha para pisar por fin
tierra firme. Es una isla, no muy grande, apenas dos kil�metros de playa, como
una lengua sobre el mar y algunas palmeras es todo su paisaje.






�Est�is todos bien? � Pregunta Paco.





Contestamos al un�sono y nos miramos todos intentando
asimilar lo que nos ha ocurrido.



Hacemos recuento de nuestras pertenencias, que en la noche
nos ha permitido conservar el temporal. Una pistola de bengalas, un bid�n con 5
litros de agua, un chaleco salvavidas y un cuchillo.



Todo ha ocurrido tan r�pido que nos resulta dif�cil de
asimilar. Sin embargo Rafael, el m�s experimentado en labores mar�timas,
comienza por hacer un SOS gigante en la arena con las hojas de palmera, los
dem�s vamos en busca de un cobijo para esa noche, pues aunque el jefe nos ha
dicho que dio la se�al de alarma por radio, pueden tardar en encontrarnos dos o
tres d�as.



Hemos rodeado la isla y apenas hay nada que pueda hacer de
cobijo para dormir, tan solo unas palmeras y sus hojas esparcidas nos har�n de
abrigo por la noche. El d�a lo dedicamos a recoger el mayor n�mero de ramas,
algo para hacer un fuego y a buscar algo de agua o comida.



La noche llega r�pida y no hemos conseguido hacer fuego, tan
solo grandes esfuerzos por intentarlo y mucha frustraci�n. Intentamos dormir,
pero la noche se nos hace larga intentando asimilar lo sucedido, podr�amos haber
muerto y ahora estamos all�, en una isla desierta en Dios sabe qu� lugar�





VIERNES



Nos despertamos muy acalorados, pues el Sol aprieta de lo
lindo a pesar de ser una hora temprana. Despu�s de racionar la poca agua que
tenemos y dar un trago cada uno, decidimos ir en busca de algo de comida y de
paso algo m�s de agua, imprescindible para soportar ese calor y esa humedad
asfixiante. La isla no es muy grande, apenas se recorre en unos minutos, pero
ahora siendo m�s de d�a, probamos suerte. Hacemos dos equipos, para rastrear
mejor: Por un lado van Mila y Rafael y por otro vamos Paco y yo.



Mientras recogemos alguna rama seca para preparar un fuego,
Paco y yo conversamos sobre lo sucedido:






Ha sido horrible, Paco, casi no lo puedo creer.



S�, ha sido algo tremendo, pero piensa que lo podemos
contar�






Paco a pesar de encontrarnos en esta situaci�n tan dif�cil y
a pesar de que nunca hemos hablado m�s all� que de cosas laborales, se muestra
amable conmigo pero sobretodo noto que no deja de mirarme con ojos de vicio, no
se lo reprocho al fin y al cabo, despu�s de lo sucedido, estoy a solas con �l en
aquella playa junto, en bikini, que es bastante reducido por cierto y muy
manchado, algo que sin duda le da m�s morbo a la situaci�n.






No te preocupes mujer, ya ha pasado todo, ver�s como en
unas horas ya nos est�n buscando�






Paco me dice esto mientras me agarra por la cintura, por un
momento pienso en apartarle la mano, ya que me parece muy descarado por tomarse
tanta confianza, m�s aun cuando recuerdo las palabras de Mila, cuando habl�bamos
de un plan premeditado por esos dos hombres. Sin embargo me siento bien cuando
lo hace, es como una protecci�n que necesitaba.



Apenas hemos caminado unos minutos cuando Paco me hace
esconderme junto a �l tras una roca de la playa. Al principio y por sus se�as
parece que es alg�n animal o alg�n peligro el que nos acecha. Me coloco a su
lado y por lo alto de la roca asomamos nuestras cabezas lentamente� con mucho
sigilo. Lo que vemos nos deja estupefactos: a apenas cinco metros de nosotros se
encuentra de pie y apoyado sobre una palmera Rafael, completamente desnudo y a
sus pies, arrodillada est� Mila, tambi�n en pelotas y haci�ndole una mamada de
campeonato. No parece que est� muy forzada a hacerlo y se aprecia a las claras
c�mo disfruta mientras lo hace.



Paco y yo nos miramos y nos sonre�mos, en algo que nos parece
aparte de incre�ble, dada la situaci�n, cuando menos c�mico e incluso absurdo�



Mi compa�era tiene sus manos acariciando el torso y la
prominente barriga de Rafael, al tiempo que juguetea con su lengua por el
tronco de su polla, desliz�ndose de arriba abajo y disfrutando el momento.



No puedo dar cr�dito a lo que estoy viendo. La misma Mila que
me hab�a dicho horas antes que aquellos cerdos quer�an follarnos y que deb�amos
darles una lecci�n, mantenerles a distancia y no permitirles usar estrategias de
otro tipo para el puesto� Ahora, ante mis at�nitos ojos se encuentra ella,
desnuda, arrodillada y comi�ndole la polla al jefazo con todas sus ganas. �ste
parece disfrutar de lo lindo pues sus ojos est�n cerrados y sus manos se sujetan
a la cabeza de ella que no deja de moverse adelante y atr�s. Paco y yo volvemos
a mirarnos y seguimos en silencio.



Tengo una gran indignaci�n, pues me siento traicionada,
enga�ada. Nosotras hab�amos planeado firmemente que no nos dejar�amos engatusar
o enga�ar por esos dos lobos hambrientos y que no les dar�amos el gusto, y
sobretodo que si algo ten�amos que conseguir deb�a ser por nuestro empe�o,
nuestro trabajo o nuestras aptitudes (profesionales desde luego). En cambio Mila
no hab�a cumplido su trato y ahora estaba haciendo el trabajo sucio, a
escondidas y ganando puntos extra al "pez gordo" y llev�ndose como buena zorrita
todas las papeletas, aprovechando la situaci�n: un crucero frustrado, un
naufragio, una isla desierta en el Pac�fico y muchas ganas de ascender, sin
importarle nada m�s� a cuenta de quien sea y como sea.



Ahora es el jefe el que est� sujetando firmemente la cabeza
de Mila y la trae para si, foll�ndosela literalmente por la boca, ella apenas
tiene tiempo de respirar y se retira bruscamente producto de la falta de aire.
�l sin embargo no hace caso a sus ruegos y sigue apretando su polla dentro de la
boca de ella�



Al rato, Rafael le ordena ponerse a cuatro patas y ella como
una buena putita obediente se coloca en posici�n y �l aprovecha para
arrodillarse detr�s de ella, admirando su resping�n culito acarici�ndolo con
suavidad. Sin tiempo para pens�rselo Rafael acerca su glande ante el co�ito de
mi amiga y le mete de un golpe su gorda verga produci�ndole un gemido ahogado.
Comienza a foll�rsela con ganas, con todas sus fuerzas, los vaivenes de las
tetas de Mila parecen un columpio en r�pido movimiento. Los dos jadean, Rafael
le agarra del pelo, haci�ndole levantar la cabeza a ella. Mi jefe jadea como un
semental hambriento, solo se le oye bufar. Tal y como imaginaba, mi jefe es todo
un cerdo aprovech�ndose de la situaci�n, pero Mila todav�a se aprovecha m�s...



La situaci�n ha dejado de ser c�mica y ahora me resulta
tremendamente excitante, a pesar de estar muy cabreada con mi amiga y con su
comportamiento, noto un gusto que me invade descontroladamente por todo mi
cuerpo.



Rafael dice palabras inteligibles, como propias de un idioma
extra�o ante un orgasmo inminente que le viene en apenas dos minutos, pues la
mamada de mi h�bil compa�era, le dej� a punto de caramelo. Entonces da una
�ltima embestida a Mila y se le nota tenso, cuando comienza a correrse dentro
del co�ito de mi amiga. Deben ser muchos chorros y mucha cantidad pues se ve
salir el semen chorreando por los muslos de ella. Mis pezones se han endurecido
y me siento mojada, quiero evitar excitarme pero no lo consigo, adem�s intento
que Paco no me lo note.



Mila se incorpora de pie y Rafael hace lo mismo. Ella no
deja pasar la oportunidad y le pega un morreo de campeonato a mi jefe y le
acaricia su blanda polla al tiempo que le dice lo bien que se la ha follado. La
muy zorra ha triunfado y lo sabe, se le nota en la cara, adem�s de conseguir
esos puntos extra de la manera m�s rastrera.



Paco me mira y no puede disimular una enorme erecci�n bajo su
ba�ador. Le sonr�o y nos retiramos por miedo a ser vistos. Seguimos sin
pronunciar ni una palabra de regreso al campamento base, tan solo de vez en
cuando nos miramos como queriendo entender la situaci�n. Me siento sola, m�s que
nunca, en esa maldita isla desierta. Mi jefe quiere a toda costa follarse a sus
empleadas y lo intentar� conmigo una y otra vez, estoy segura, despu�s de visto
lo visto. Paco, a pesar de creerse ganador, no se si ser� consciente de su
situaci�n, pero estoy convencida de que piensa que follarnos a las dos es m�s
f�cil de lo previsible, su sonrisa de oreja a oreja, parece decir que va a
montar una org�a con sus compa�eras. Por otro lado, Mila, mi �nico consuelo en
la isla, me ha traicionado tambi�n y est� jugando su propio juego. No tengo
argumentos ni cartas con las que jugar�



Cuando regresamos al lugar de partida, mi jefe y Mila ya
est�n all�, se han puesto los ba�adores y est�n sentados junto a la orilla como
si no hubiera pasado nada. Sus caras y sus miradas delatan su complicidad y aun
sin que se sepan descubiertos por nosotros no pueden disimular su gesto de
placer.



El d�a transcurre casi inadvertido para todos, en los que
nuestros pensamientos nos inundan igual que el oc�ano a aquella peque�a isla�



La noche llega pronto, apenas hemos conseguido algo de comida
y aun menos ni una gota de agua. Sin embargo se pone a llover, eso nos permite
refrescarnos y buscar alg�n recipiente para recoger el agua que cae
milagrosamente del cielo. R�pidamente buscamos refugio bajo los �rboles para
pasar la noche.




SABADO



Despu�s de una noche algo tortuosa y en la que apenas he
podido pegar ojo, dando vueltas a la cabeza con la situaci�n tan desamparada en
la que me encuentro y no solo por estar abandonada a la suerte de una isla
desierta sino adem�s� aislada por todos los dem�s. Sin embargo me siento con
fuerzas y decido jugar a mi propio juego. Si la listilla de Mila, que se hab�a
sincerado conmigo para hacer un equipo fuerte frente a los ataques de los
hombres, me daba la espalda ahora, yo ten�a que devolverle esa moneda como
fuera. Por otro lado yo tambi�n s� jugar sucio y puedo darle a mi jefe una
revancha por su comportamiento.



Me dirijo a la orilla y meto los pies en el agua, me siento
observada y s� que los dos hombres me siguen fijamente en cada uno de mis
movimientos. Precisamente yo los exagero porque s� que me est�n mirando y lo
hago todo con cierta sensualidad. Tambi�n s� que Mila me observa y aprovecho
para ofrecerles a todos un buen show, ahora quiero ser yo la que los excite a
todos, ponerles a cien.



Con mis manos en la espalda suelto el cord�n de mi parte
superior del bikini y lo dejo caer al suelo de espaldas a ellos tres. Acaricio
suavemente mis tetas y me sonr�o a m� misma. Veo que tengo la situaci�n
totalmente dominada y quiero ponerles muy cachondos, tanto a los chicos como a
mi traicionera amiga. A continuaci�n me despojo de las braguitas de mi bikini,
pero lo hago con mucha sensualidad, desliz�ndolas por mis muslos y subiendo mi
culo para ofrecer una visi�n todav�a m�s er�tica, si cabe. Me quedo
completamente desnuda mostrando mi retaguardia ante sus at�nitas miradas. Miro
de reojo y sus caras de asombro no dejan lugar a dudas, est�n alucinados con mi
actitud. Comienzo a meterme en el agua lentamente, al tiempo que me agacho y con
mi mano tomo unas gotas de agua que llevo a mis hombros y mis brazos.



Sigo avanzando al agua m�s profunda hasta desaparecer nadando
y desnuda en aquella playa donde me siento observada por todos. Sigo ba��ndome y
disfruto de la situaci�n, pues aparte de sentir un cosquilleo de gusto por todo
mi cuerpo, siento tambi�n una sensaci�n de relajaci�n fuera de lo normal.



Despu�s de un rato, salgo lentamente del agua y ahora muestro
mi desnudez frente a ellos, que siguen mir�ndome pero sin pronunciar palabra. Me
acerco lentamente hacia ellos, me recreo en mis andares, pues el movimiento de
mis caderas denota mi calentura y mis ganas de provocar. En esos precisos
momentos me siento la reina de esa paradis�aca isla.



El m�s cercano a m� es Paco, que no deja de mirar el
movimiento de mis tetas seg�n voy avanzando, adem�s de mi recortado pubis que
parece encantarle pues se queda mir�ndole fijamente y de nuevo su erecci�n
vuelve a not�rsele bajo el ba�ador.



Cuando llego a su altura me pongo a su costado y �l no
reacciona, le tomo con mi mano por el cuello y acaricio su nuca con mis dedos,
luego acerco mi cara a la suya, dej� caer sobre su frente mi aliento y pego mi
cuerpo desnudo al suyo. Apoyo mis labios en la comisura de los suyos y cuando su
mano alcanza mi culo, se la aparto. Est� desconcertado, no sabe muy bien por qu�
act�o as�, pero todav�a no sabe lo que le espera, quiero ser perversa, malvada,
hasta conseguir desconcertarles a todos. Saco mi lengua ligeramente chupando mis
labios y se la muestro a pocos cent�metros de su cara, se la paso ligeramente
por el cuello y le chupo el l�bulo de su oreja. Le sonr�o y sigo caminando hacia
Rafael y Mila que tambi�n est�n petrificados, observ�ndome detenidamente.



Paso de largo junto a ellos hasta llegar a unas rocas. Me
siento sobre una de ellas y abro mis piernas mostrando mi sexo imp�dicamente,
quiero provocar en ellos una reacci�n que no se puedan imaginar, jugando a un
juego prohibido. Rafael est� todav�a paralizado, Mila me mira con cierta
preocupaci�n, pues debe imaginar que estoy al tanto de todo de lo sucedido con
el jefe, por eso tampoco reacciona. Y despu�s est� Paco que es el m�s
impredecible, pues cuando yo me creo dominadora de la situaci�n, �l avanza hacia
mi, creo que bastante desesperado y con una calentura considerable. Se acerca
hasta donde yo estoy, se baja el ba�ador de golpe hasta sus pies, quedando
desnudo frente a m�, mostrando su polla erecta ante mis ojos. Ahora es �l quien
juega conmigo y rompe mi juego. Le miro, me mira y comienza a masturbarse,
lentamente, yo contin�o sobre la roca y con las piernas abiertas mostrando mi
co�ito en todo su esplendor.



Deber�a asombrarme por c�mo se esta desarrollando todo, mis
planes se vienen abajo y ahora no s� como reaccionar, estoy impresionada, sin
embargo me comporto de una manera obscena, provocadora y muy lasciva.



Paco, sin dejar de mirarme a los ojos, contin�a paje�ndose
delante de m�, veo como el glande aparece y desaparece tras los movimientos
fren�ticos de su mano, est� consiguiendo una calentura fuera de lo normal en m�.
Sin dejar de masturbarse sigue avanzando hacia m�, admirando mi desnudez y yo al
mismo tiempo la suya. Cuando apenas est� a medio metro de m� se detiene y me
sonr�e. Estoy desarmada, pues mi plan de calentura se viene contra m�, porque
adem�s cuando me caliento, pierdo totalmente los papeles y el dominio de la
situaci�n. Ver su polla tan cerca, yo estando desnuda y la otra pareja que poco
a poco se acerca hacia nosotros, me tiene completamente loca. Mis pezones se
notan duros�



Ahora y sin poderlo evitar, soy yo la que comienza a
masturbarse, pero lo hago con parsimonia, primero acaricio mi pubis, despu�s mis
ingles y por �ltimo paso mi dedo por la rajita que ya est� m�s que h�meda. Estoy
excitad�sima. Rafael y Mila ya han llegado hasta nosotros. Veo como se colocan
en posici�n: Mila delante y �l pegado a ella por detr�s. Son espectadores de
primera en una escena que tambi�n les est� calentando, lo s� y eso me excita
todav�a m�s. Rafael la agarra por la cintura y le besa en el cuello.



La escena va "tomando calor": Yo estoy sentada sobre la roca
con mis piernas abiertas de par en par, con mi mano en mi teta derecha y con la
otra arriba y abajo en mi chochito mojado, acarici�ndome toda insinuante, Paco
se masturba sin quitarme ojo, Rafael le ha quitado la parte de arriba del
bikini a Mila y le soba una teta con fuerza mientras que con la otra mano le
est� acariciando su co�ito metiendo la mano por la braguita de su bikini y ella
tiene una mano tras de s�, que aunque no pueda verlo imagino que est� sobando la
polla de mi jefe.



La situaci�n se me ha ido de las manos, yo quer�a provocar
una situaci�n muy diferente, marcar mi territorio, provocar calor, deseo, dar
celos a mi jefe, frente a su nueva amiguita, a ella darle un buen escarmiento
por traicionarme y a Paco, simplemente ponerle cachondo, nervioso y adem�s con
las ganas. Sin embargo estoy fuera de mis cabales, cada vez estoy m�s caliente�
s� que no voy a poder resistirme y Paco est� tan cerca, su polla se ve tan
grande y tan cercana a m� Dios� no puedo�



Cuando miro a Mila y a Rafael veo que ambos est�n desnudos.
Ella est� de nuevo de rodillas comi�ndole la polla y �l le acaricia la cabeza a
ella sin dejar de mirarme a los ojos. Paco se acerca, cada vez m�s, noto casi su
calor, su duro miembro est� a apenas 20 cent�metros de mi ardiente co�ito.
Vuelve a sonre�rme. Se agacha� �Oh no, no puede ser!... su boca se est�
acercando irremediablemente a mi co�ito. Aparta mi mano de mi sexo y vuelve a
mirarme. Sus ojos brillan, mi rajita tambi�n. Saca su lengua y rodea mis labios
vaginales, haci�ndoles temblar a cada una de sus lamidas. A continuaci�n son sus
labios los que abarcan todo mi sexo y comienza literalmente a com�rselo como si
fuese una fruta fresca reci�n encontrada en aquella apartada isla.



Cierro los ojos, me siento en el s�ptimo cielo. No lo puedo
creer, mi compa�ero Paco, al que odio desde hace tiempo, con el que nunca
hubiera tenido el m�nimo acercamiento, ni aunque hubiera sido el �ltimo hombre
sobre la Tierra, me est� comiendo el co�o con una voracidad incre�ble y con una
maestr�a fuera de lo normal. De mi garganta salen gemidos profundos y muy
sentidos.



Me tengo que agarrar a su cabeza, incluso clav�ndole las u�as
pues al notar su lengua recorriendo todo mi sexo, estoy viendo las estrellas. Me
gusta observar c�mo su lengua juega con mis labios vaginales y c�mo estos se
lubrican m�s y m�s con su saliva y mis flujos.



Sin apenas poder abrir los ojos levanto la vista y veo como
Mila contin�a chup�ndole la polla a Rafael y este sigue mirando como Paco juega
con su lengua en mi chochito. Este a su vez levanta la mirada de vez en cuando y
me sonr�e, solo separa su boca para decirme:






Que tiernito y que rico est�.



No pares Paco, por Dios. � Le recrimino.





Paco contin�a con su labor de comerme el co�o y a la vez mete
uno de sus dedos en �l, produciendo un escalofr�o por todo mi cuerpo. Me encanta
como juega con los pelitos de mi pubis y a la vez introduce uno, dos y hasta
tres dedos dentro de mi chochito caliente. Se incorpora rozando con su cuerpo
mis muslos. Lo hace a prop�sito produciendo todav�a m�s calor dentro de m�. Su
cara queda frente a mi cara, vuelve a sonre�rme.






Sab�a que eras una putita caliente. Te voy a follar bien
follada �sabes?






En cualquier otro momento le hubiera abofeteado con ganas por
decirme semejante frase, pero ahora todo mi cuerpo ard�a en deseos de que me
penetrara� que me follara con todas sus fuerzas, todo el rechazo que he sentido
siempre hacia �l� se esfumaba como la espuma de las olas sobre aquella playa.



Paco se agarra la polla firmemente con una mano y la acerca
hasta m�, rozando con su glande mis labios vaginales que le atrapan deseosos de
ser atravesados por esa daga. Paco se ve due�o de la situaci�n y juega con su
polla sobre mi co�o recre�ndose. Acerca su lengua a mi boca y se la chupo como
un caramelo, toda su lengua est� dentro de mi boca y la estoy devorando como una
loca.



Sigue con su polla sobando mi rajita hasta que nuestros jugos
se mezclan en un juego muy excitante.






�Quieres que te folle zorrita?



S�, por favor, Paco�. F�llame. � Le suplico
desesperada, estoy muy cachonda.




Je,je�. Est�s ardiendo, lo noto. Tu chocho arde como una
antorcha caliente. Pero antes vas a tener que comerme la polla� �A que si
nenita? �A que me vas a hacer una mamada hist�rica?






Solo afirmo con la cabeza, miro a mi derecha y Mila contin�a
mam�ndosela a Rafael. Como una gatita sedienta me arrodillo frente a Paco y
engullo su falo de un solo bocado, me lo meto en la boca y comienzo a sacarlo
lentamente, succionando a la vez con fuerza, para que sienta toda la fuerza de
mi boca sobre su dura polla. Le miro a los ojos y veo que se tiene que agarrar a
mi cabeza para no caer hacia atr�s. Sin duda, le est� gustando. Me agarro a su
culo y sigo comi�ndomela.






C�mo la chupas, c�mo la chupas�. � Es lo �nico que
sale por su boca.





La m�a contin�a devorando con fruici�n esa polla que deseo
tener dentro de m� cuanto antes. Primero mis labios bordean la punta que no deja
de emanar sus primeros l�quidos preseminales que yo trago con deleite� Ah� estoy
yo, con los ojos cerrados devorando esa verga dura que entra y sale una y otra
vez de mi boca, cuando noto en mis labios algo extra�o. Abro los ojos y veo que
es la polla de Rafael la que quiere participar del fest�n� Le miro a los ojos
extra�ada al tiempo que sostengo en mi mano el miembro de Paco. Ahora tengo dos
pollas frente a mis ojos.






Qu� pasa preciosa, �acaso no le vas a comer el nabo a tu
jefe?� yo tambi�n quiero jugar, �sabes?
� me pregunta sonriendo Rafael
sin dejar de pasar su glande por mis labios.





Sin embargo y a pesar de que tengo unas ganas terribles de
comerme dos pollas a la vez, me resisto a meterla en mi boca, quiero ser fuerte
y demostrar a mi jefe que ahora yo domino esta situaci�n, al menos en parte y
que no soy su nueva putita como �l pretende igual que mi amiga Mila, que sigue a
sus pies, comi�ndole los huevos a Rafael totalmente entregada. Veo en la cara
de Rafael que no le hace gracia y yo le sonr�o y contin�o en mi labor de
chup�rsela a Paco que al recibir mis labios sobre su glande pega un peque�o
gritito�



Mi jefe insiste en querer meterla en mi boca, a pesar de
estar ocupada, eso me encanta y me excita m�s, por un lado para hacer rabiar a
mi jefe, algo que siempre he deseado y por otro para demostrar a Mila que puedo
ganar este rocambolesco concurso poniendo nervioso a Rafael, haci�ndoselo
desear.



Me pongo en pie y sacando mi lengua me pongo a besar a Paco a
pocos cent�metros de la incr�dula cara de mi jefe, juntando nuestros labios y
nuestras lenguas desesperadamente. Rafael parece estar rabioso. Al mismo tiempo
levanta de repente a Mila hasta colocarla frente a �l y comienza a besarla igual
que yo hago con Paco, parece que el concurso va ahora por parejas.



Rafael, desesperado agarra a Mila por la cintura y la pone
sobre la roca. Apunta su miembro a la entrada del chochito de ella y la embiste
de un golpe penetr�ndola hasta los huevos. Ella lanza un prolongado gemido y
comienza a gritarle:






F�llame, f�llame, f�llame�






Paco parece haberse quedado con las ganas de m�s comida de
polla y se sienta en la roca junto a Mila.






Ch�pamela rubita, quiero correrme en esa boquita de puta
que tienes�






Otra vez esas palabras me excitan y me siento as�, como una
puta frente a mi compa�ero. Seg�n estoy doblo mi espalda, sin agacharme y
sacando mi lengua juego con esa verga dura. Por el rabillo del ojo veo a Mila
disfrutando de un orgasmo que recibe de las duras embestidas de mi jefe que
sigue observ�ndome con cara de rabia, como sinti�ndose herido en su orgullo� a
cada embestida que le da a Mila, sin dejar de mirarme, parece estar dici�ndome,
toma, toma� como si lo estuviera haciendo conmigo.



Paco no deja de decirme lo bien que lo hago:





Qu� bien lo haces� si� si eres una mamadora de primera�.
S�iii�.





Estoy concentrada en la mamada que le hago a Paco y mi co�ito
no deja de lubricarse m�s y m�s, estoy muy cachonda� de repente noto unas manos
en mis caderas por detr�s, justo cuando mi culo est� alzado y mi boca m�s abajo
chup�ndosela a Paco. Es mi jefe que ha dejado de follarse a Mila y ahora quiere
met�rmela por detr�s y al descuido. Intento levantar la cabeza pero es el mismo
Paco el que lo impide y no quiere que deje de mam�rsela. Noto como Rafael me
abre los gl�teos buscando con la punta de su h�meda polla abrirse camino entre
mis labios vaginales que salen por detr�s de mi culito en pompa. Noto el glande
queriendo entrar irremediablemente, mientras la mano de Paco sujeta firmemente
mi cabeza para que contin�e chup�ndosela.



Aprieto mis muslos queriendo evitar que Rafael se salga con
la suya, en cambio �l sigue en su intento sosteniendo con firmeza mis caderas e
intentando meter la punta de su polla en mi chochito. Va avanzando mil�metro a
mil�metro y lo consigue no sin cierta dificultad debido a que estoy muy
lubricada. Aprieto los m�sculos de mi vagina en un �ltimo y vano intento por
evitar que me penetre, pero al hacerlo y con su esfuerzo que �l est� haciendo
por follarme con toda desesperaci�n, su polla se abre paso en mi co�o y debido a
mi presi�n provoca que ambos lancemos un gemido de un placer inmenso, justo en
el momento en el que estoy totalmente empalada por su duro tronco y �l ha notado
la estrechez de mi co�ito atrapando fuertemente su polla. Tengo que sacar la
boca de la verga de Paco para retomar aire y poder gemir cuando Rafael desde
atr�s vuelve a sacarla y a meterla nuevamente dentro de m�. Mila a su vez est�
morre�ndose con Paco convirtiendo todo en una org�a incre�ble y nunca so�ada por
ninguno de los cuatro. Rafael contin�a bombeando su polla dentro de mi y no
puedo evitar correrme en un orgasmo indescriptible, todo mi cuerpo tiembla, sudo
por todos los poros de mi piel y noto un calor que me recorre arriba y abajo
continuamente, es maravilloso� de mi garganta salen gemidos profundos�



Paco vuelve a agarrarme por la cabeza e intento respirar pero
me agarra fuertemente hasta que el primer chorro de su leche invade mi boca con
fuerza, uno, dos, tres� mientras pone los ojos en blanco y Mila contin�a
bes�ndole la boca y comi�ndose su lengua� Casi no puedo respirar y largas
cortinas de la leche de Paco caen desde mi lengua, mis labios mi barbilla hasta
el suelo.



Rafael continua tras de m� y s� que est� a punto de caramelo
igual que yo. Mi chochito sigue apret�ndose contra la verga que entra en mi
cuerpo repetidamente, quiero notarla por completo. De pronto tensa sus m�sculos
y bufando suelta los primeros chorros de su leche caliente dentro de mi co�o
mientras yo termino de limpiar la polla de Paco con mi lengua. Mila se pone
detr�s de Rafael y aunque no puedo verlo parece estar comi�ndole el culo pues
se le oye gemir como un corderito y vuelvo a notar como su polla se endurece de
nuevo dentro de mi co�o. �l me sigue bombeando sin parar.



Despu�s cambiamos posiciones y es Paco quien quiere
penetrarme, me coge en volandas por la cintura y despu�s de haber recuperado una
nueva erecci�n, sentado sobre la roca, me coloca sobre su polla y yo me dejo
caer hinc�ndomela hasta lo m�s hondo. Dios� qu� gusto�. No dejo de botar encima
de �l, una y otra vez. En apenas unos segundos noto como todo mi cuerpo se
electriza. Estoy entrando en un segundo orgasmo y es todav�a m�s intenso que el
anterior. Mi vagina se contrae al notar el miembro de Paco y todos mis m�sculos
tiemblan al tiempo que suelto un sonoro y alocado gemido. Paco sonr�e satisfecho
y sigue foll�ndome como loco.



A nuestro lado est� Mila tumbada y mi jefe penetr�ndola con
todas sus fuerzas. Ella no deja de gemir y de soltar alg�n peque�o grito. La
escena es m�s t�pica de una pel�cula porno que de una situaci�n medianamente
normal. Quiz�s sea esa isla, quiz�s el encontrarnos en una situaci�n tan
especial� tan anormal dir�a yo, quiz�s el hecho de haber vivido un accidentado
naufragio� el caso es que estamos montando una org�a monumental�



Mi jefe se corre encima del cuerpo de mi amiga que con sus
manos esparce por todo su cuerpo el semen caliente de Rafael mientras le
sonr�e. Al tiempo Paco no deja de besarme en el cuello, en las tetas, hasta que
me agarra por el culo y noto como descarga m�ltiples chorros en mi interior. Se
est� corriendo como si fuera la primera vez y sus ojos se ponen en blanco.
Cuando me levanto, chorros de semen salen precipitadamente de mi cueva cayendo
por mis muslos� Le sonr�o satisfecha y cachonda�



Hay un momento en el que hemos perdido hasta la noci�n del
tiempo, creo que todo se ha detenido a nuestro alrededor, se ha hecho de noche
sin apenas darnos cuenta� hemos debido ser v�ctimas de alg�n conjuro de ese
precioso e inh�spito lugar�




DOMINGO



Cuando empieza a amanecer, nos miramos, una vez m�s, todav�a
estamos all� los cuatro, completamente desnudos, exhaustos y doloridos, tirados
en la arena, intentando entender nuestro comportamiento, nuestra alocada
aventura, todo lo que nos ha llevado hasta all� estamos en nuestros
pensamientos cuando aparece ante nosotros un helic�ptero de rescate�



Todo ha acabado.


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