Conoci�ndome a m� misma
Este es el primer cap�tulo de una serie en la que narrar� el
camino que recorre una ni�a hasta convertirse en mujer. Espero que les guste.
Viv�a tranquilamente en una Casita a las afueras de la ciudad
con mis padres y mi hermano mayor. Es una familia que pese a su buena posici�n,
ha sabido mantenerse humilde debido a que no siempre las cosas fueron tan bien,
de ah� que siempre nuestros padres nos educaran para luchar por lo que
quer�amos, cosa que me sirvi� de mucho durante mi vida.
Juan y Marga tuvieron a mi hermano, Carlos, cuando s�lo
ten�an 20 a�os, y a m�, Gloria, 2 a�os despu�s, de ah� que en la familia siempre
hubiese una gran confianza para tratar cualquier tema. A pesar de esta confianza
la relaci�n entre mi hermano y yo fue algo tirante hasta que �l cumpli� los 18
a�os y yo los 16.
Mi padre y mi hermano son dos hombres muy sanos. Sobre todo
Carlos, al que siempre ve�amos con su bicicleta y su mapa, buscando nuevos
recorridos y nuevas mini aventuras que vivir a lo largo de los ricos y extensos
bosques que hab�a no muy lejos de nuestra ciudad.
�l y yo nunca tuvimos muy buena relaci�n, pero ese detalle
empez� a cambiar a medida que crec�amos, cuando antes apenas pod�a verme, ahora
me trataba con mucho mimo, y yo que soy muy mimosa empec� a quererle con locura,
y no como obligaci�n por ser mi hermano, como hasta ese momento.
Para mi padre, Juan, siempre fui sus ojitos, era la ni�a,
encima la peque�a, cosa que le tra�a loco, y yo estaba loca con mi papi. Cuando
era m�s peque�a siempre me llevaba a las ferias, me iba a buscar al colegio y me
mimaba, lo que a mi madre no le terminaba de gustar porque dec�a que me estaba
malcriando, y no le faltaba raz�n. Cuando cumpl� los 14 empez� a ser algo m�s
duro conmigo, supongo que porque ve�a que el no ten�a tanta autoridad sobre m�
como mi madre.
Y ah� llegamos a mi madre, Marga, que siempre fue muy
comprensiva conmigo, aunque dura, supongo que para compensar los excesos de mi
padre. Ella me ense�� a luchar. Tambi�n me ense�� todo lo que una chica de 16
a�os necesitaba saber sobre el sexo, gracias a ella lo veo de forma tan natural.
A ella sacamos mi hermano y yo nuestras caras, de lo cual me alegro porque es
una mujer realmente hermosa, y con respecto al cuerpo, el m�o cada vez se
parec�a m�s al suyo.
Mis padres nos dieron una educaci�n muy liberal, aunque
tambi�n nos ense�aron a ser discretos. Algunas noches pod�a escuchar los gemidos
ahogados de mi madre, y el chirrido de la cama, se�al inequ�voca de que estaban
haciendo el amor. Ten�an una vida sexual bastante activa, o al menos eso deduje
yo por la frecuencia y duraci�n de esos extra�os sonidos, era raro que pasaran
dos noches seguidas sin que yo escuchase los misteriosos ruidos.
El escuchar esas sesiones empez� a causarme una excitaci�n
extra�a, yo sab�a lo que era, pero nunca me hab�a masturbado ni hab�a tenido
ninguna experiencia m�s all� de algunos besitos con mi novio de esa �poca, que
dicho sea de paso, era el primer chico con el que estaba. De ah� que pese a
haber o�do algo acerca de la masturbaci�n, ya fuera porque mi madre me lo dejara
caer de forma sutil en algunas de las charlas que me daba sobre el sexo, o alg�n
comentario que no deb�a haberle escuchado a mi hermano, no ten�a nada claro que
deb�a hacer.
Una tarde despu�s de haber pasado una noche en vela
escuchando el amor que se ten�an mis padres, hab�a quedado con Dani. �l es un
chico bastante simp�tico, tiene mi edad, somos compa�eros de clase, y desde hace
unas semanas venimos saliendo juntos. Esa tarde quedamos para ir al cine.
No eran m�s de las 7 cuando Dani toc� a mi puerta.
-Adi�s mam�, adi�s pap�- me desped� con prisas, estaba
ansiosa, y no quer�a que me retuviesen mucho tiempo
-Adi�s Glory, vuelve pronto y ten cuidado.
Una vez estuvimos en el cine, repetimos el ritual de siempre,
palomitas, refresco y entrada. Al llegar a la peque�a sala descubrimos que hab�a
poca gente, yo estaba algo nerviosa. No se por qu�, ya que era lo de siempre,
aunque por otro lado, Dani y yo no hab�amos pasado de alg�n besito pero esa
noche ten�a la sensaci�n de que ser�a algo diferente.
Empez� la pel�cula, al principio promet�a, pero poco a poco
esa promesa se qued� en nada, fuerte tost�n. Como dir�a aquel, no hay mal que
por bien no venga, y as� pudimos concentrarnos en nosotros. Yo notaba las
miradas de Dani y �l esquivaba las m�as cuando yo le respond�a, as� estuvimos
jugueteando un rato hasta que se decidi� por tocarme la mano, momento en el que
volvieron a esos extra�os cosquilleos y sensaci�n de calor. Pasado un buen rato,
�l pas� su brazo por mis hombros y me atrajo hacia �l, poco despu�s la pel�cula
ya no import�, nos entregamos a un beso profundo, mi primer beso con lengua,
pese a que no estuvo mal, fue algo brusco, me pasaba la lengua con
desesperaci�n, tuve que frenarle un poco y tras un breve relax, volvimos a las
andadas, �l no paraba de tocarme zonas inexploradas hasta ese momento y yo
comenc� a hacer lo mismo. Un momento despu�s me quede helada, ve�a como un
hombre que hab�a unas filas m�s adelante nos miraba con cara de excitaci�n, y a
mi me la cort� de golpe.
Dani parec�a no haberse dado cuenta, si se dio, poco le
importaba como me suceder�a a m� un rato despu�s, al recordar las sensaciones
vividas unos segundos antes, y las que me provocaban escuchar a mis padres,
volv� a besarle con desesperaci�n, parec�amos dos animales, nos restreg�bamos
uno contra el otro, y de repente todo se par�.
-�Qu� sucede cari�o?
-Nada nada- respond�a Dani con notable verg�enza en su
rostro, enseguida comprob� que hab�a un charco en su pantal�n, y supe de lo que
se trataba. Me sent� extra�a al sentir que acaba de producir mi primer orgasmo a
otra persona, trat� el asunto con naturalidad, y eso parece que llen� a Dani de
confianza que me bes� de nuevo y me abraz�. Suerte que el pantal�n era oscuro, y
�l llevaba una camisa larga, de modo que pudimos disimular la mancha, al menos
para que aquel que se cruzar� con nosotros no se percatara.
Al salir del cine Dani me acompa�� a casa, fuimos abrazados
por la calle, yo me sent�a muy bien, �l tambi�n. A decir verdad yo estaba a�n
bastante encendida, pero no me atrev�a a ir a m�s, no se porqu� la verdad. Al
llegar a casa nos despedimos con un beso corto pero apasionado, no quer�a que
nadie de mi familia me viese en esa situaci�n.
Al atravesar el peque�o jard�n, observ� que no hab�a ninguna
luz encendida en la casa, y pronto record� que mis padres saldr�an a cenar esa
noche y luego se ir�an a bailar por ah�, y mi hermano hab�a mencionado algo de
alg�n plan con su novia en el centro de la ciudad. Ten�a la casa para mi sola,
cosa que, pese a gustarme mucho estar en compa��a de los m�os, a veces se
agradece.
Eran sobre las 10 de la noche, entr� y me prepar� una cena
muy ligerita, para despu�s ba�arme, se que lo que ten�a que haber hecho primero
era ducharme, pero esa tarde no hab�a comido nada, y las palomitas del cine
acabaron esparcidas por el suelo despu�s de uno de nuestros arranques de pasi�n,
por lo que estaba hambrienta.
Mientras me tomaba mi vasito de leche y medio bocadillo, a mi
cabeza volv�an las sensaciones descubiertas en aquel peque�o cine, el como lo
estaba disfrutando y en como se cort� todo, volv�a a notar el enrojecimiento de
mis mejillas, los cosquilleos en mi est�mago, y una sensaci�n extra�a en mi
entrepierna. Tras quedarme un rato pensativa en la mesa de la cocina, decid�
subir a mi cuarto a prepararme para ir a la ducha. Me fui desnudando poco a
poco, mirando en el espejo como en apenas unos meses mi cuerpo hab�a cambiado
tanto, observaba mis pechos firmes, no demasiado grandes, pero a mi juicio
bonitos, mi trasero hab�a tomado forma, muy parecida a la que ten�a el de mi
madre. Jurar�a que a mi edad mi madre deb�a ser como yo, o mejor dicho, yo deb�a
ser como era mi querida madre a mi edad.
Cuando toda mi ropa ya hab�a ca�do, me tumb� en mi cama,
cerr� los ojos, y volv� a recordar esos momentos del cine, como Dani recorr�a mi
boca con la suya, y nuestras manos exploraban nuestros cuerpos, notando de nuevo
esas sensaciones tan divinas, recordando lo que sent�a cuando �l me tocaba la
entrepierna, le imit� suavemente, para luego ir a m�s y frotar esa zona con
desesperaci�n, comenc� a gemir, que excitaci�n, pero a la vez que relax, era
algo incre�ble, hasta que de repente todo se qued� en un bonito recuerdo. Un
fuerte sonido me hizo volver a m�, asustada pensando que ser�a alguien que hab�a
vuelto, me envolv� en una toalla para dirigirme al ba�o, cuando por la ventana
veo que se trataba de unos ni�os haciendo travesuras, en fin, se me hab�a
cortado el asunto.
Resignada y algo enfadada me met� en la ducha, no me atrev�a
a entrar de nuevo en la cama a seguir con mi descubrimiento del sexo, tem�a que
alguien me viese as�, por lo que abr� el grifo y dej� que el agua recorriera mi
cuerpo como lo hab�an hecho las manos de Dani un tiempo antes. Esta vez la ducha
era distinta, notaba que cada gota que rozaba mi vello p�bico me produc�a unas
sensaciones semejantes a las que hab�a tenido hac�a apneas unos minutos, no
hab�a duda, segu�a excitada, as� que con algo de curiosidad y deseo, agarr� el
grifo y lo acerqu� a mi vagina, esto fue el detonante, mi temperatura sub�a
exponencialmente, mientras que el coraz�n se me disparaba, estaba nuevamente
fuera de m�, gritaba, gem�a, las im�genes de Dani toc�ndome se me pasaban por la
mente como si estuviera vivi�ndolo de nuevo, preciso momento en el que los
sonidos que escuchaba en la habitaci�n de mis padres mientras hac�an el amor
volv�an a mi cabeza y poco despu�s, lleg� a mi la imagen de mi padre, haciendo
el amor con mi madre, pero no era ella, era a m� a la que le hac�a el amor
salvajemente.
En ese momento, qued� apoyada en al esquina de la ducha y
todas esas sensaciones que sent�a se dispararon de repente, emit� un poderoso
grito y fui resbalando por la esquina de la ducha hasta quedar sentada, con el
grifo entre mis pies, desfallecida, y con la extra�eza que me invad�a al acabar
de experimentar esas sensaciones provocadas por la supuesta virilidad de mi
padre. No hab�a dudas, acababa de experimentar mi primer orgasmo, y el detonante
hab�an sido los sonidos que ven�a escuchando a�os atr�s desde la habitaci�n de
mis padres.
En un primer momento me sent� realmente mal, pero tras
secarme y meterme bajo las s�banas, empec� a recordar las charlas con mi madre,
y que me hablaba acerca de la atracci�n que a veces se siente por los padres,
aunque m�s que una atracci�n era una admiraci�n por el cari�o tan grande que se
les tiene.
Tras convencerme de que no hab�a hecho nada malo, me qued�
pl�cidamente dormida hasta el d�a siguiente. Al despertar, bastante tarde por
cierto, baj� a la cocina y desayun� con mi madre, a la que tambi�n se le hab�an
pegado las s�banas. Le pregunte si podr�amos ir a comer las dos solas, que ten�a
que hablar con ella. Al principio pens� que iba a decirle algo malo, pero al
notar mi cara, se calm� y me dijo que le parec�a una idea genial.
Me llevo a un restaurante peque�ito pero muy acogedor que
hab�a en la monta�a, nos sentamos en una esquina algo apartada del resto de
clientes y tras una provechosa comida mientras esper�bamos el postre decid�
contarle a mi madre lo sucedido la noche anterior.
-Mam�-dije con voz asustadiza-ver�s anoche fui con Dani al
cine, y bueno, nos liamos de una forma un poco m�s fuerte de lo habitual.
-Gloria, no se que decir, �tuviste cuidado?-pregunt� ella con
visible preocupaci�n.
-Mam�, no te preocupes, no llegamos tan lejos, pero anoche al
llegar a casa me volvi� a subir la excitaci�n y casi sin saber como empez� todo
me masturb� y acab� teniendo mi primer orgasmo.
-Jajaja, vaya Glory, me alegro por ti, bueno hija, tal vez
tuve que haberte hablado m�s sobre este tema. Tengo que reconocer que pese a
haberte contado mucho sobre el sexo, el tema de la masturbaci�n siempre lo dej�
algo aparcado.
Me alivi� mucho, a mi madre no s�lo no le importaba sino que
compart�a mi felicidad. Pero no tuve el valor de confesarle que el detonante
final fue la imagen mental de mi padre haci�ndole el amor a ella, aunque en esa
moment�nea fantas�a me lo hiciese a mi.
Tras estas experiencias sab�a que mi primer encuentro pleno
con un chico no se demorar�a demasiado, pero eso ya es otra historia.
Continuar�.